De luna. Una niebla espectral, baja, luminosa, como un gran fuego fatuo, recorría
El campo santo y se hacía mas densa en las partes bajas.
Inmersos en aquella niebla tan particular, avanzaban cinco hombres, abriéndose
Paso entre tumbas y panteones.
Uno de los hombres estaba muerto, y era cargado por los otros. ¿Ay mejor lugar
Para ocultar un muerto que un cementerio? A los que cargaban al difunto no
Se les ocurrió lugar mejor.
Se detuvieron frente a una tumba reciente. Seguramente durante el día habían
Enterrado a alguien allí, la tierra estaba fresca, como recién removida.
- Bájenlo, lo vamos a enterrar aquí - dijo uno de los hombres. Como eran
Profesionales, tuvieron el cuidado de llevar sus propias palas. La luna los miraba
Desde el cielo, la niebla, como asqueada por aquel acto, se apartó de los hombres
Que cavaban. Después de realizado su macabro trabajo se marcharon. El hombre
Al que habían matado, quedó en la negra y fría tumba, compartiendo el ataúd con
Una anciana muerta.
Un ser de la noche, un espíritu maligno que deambulaba en el cementerio, encontró
En aquel hombre enterrado sin bendiciones, un cuerpo donde materializarse.
Aquel cuerpo inerte cobró vida; rompió el ataúd, y ascendió por la tierra recién
Escarbada convertido en zombie.
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