- No creo que aparezca, debe ser mentira - dijo Luciano.
- Quien sabe, igual vamos a esperar un rato, hasta la nochecita - dijo Gabriel.
Luciano y Gabriel eran hermanos, los dos muchachos estaban sentados en el pasto,
Miraban hacia una solitaria y ruinosa casa desde una prudente distancia, esperaban
Que de ella surgiera un fantasma.
El día anterior se habían encontrado con muchacho, mientras transitaban por un
Camino de la zona. Los hermanos entablaron conversación con este, y
Entre otras cosas, su casual compañero de camino, les relató una historia de
Fantasmas; les dijo que en una casa que estaba cerca de allí, al anochecer, se podía
Ver el fantasma de una mujer rondando por el fondo de dicha casa.
Luciano y Gabriel eran nuevos en aquella zona, no conocían muy bien el lugar,
El muchacho les indicó donde quedaba la casa.
También les dijo que el fantasma no se alejaba mucho de la casa, y por lo tanto
Era seguro observarlo desde cierta distancia. Los hermanos tomaron el relato
Como un desafío a su valentía. Al otro día, al atardecer, los dos salieron rumbo
A la casa.
El sol, cercano al horizonte, se ocultaba tras unas nubes y las teñía de diversos tonos;
Algunas eran rosáceas, otras tendían al púrpura, y las nubes mas alejadas eran
Amarillentas. En el otro extremo del cielo asomaba la luna llena, pálida y redonda
Los muchachos no prestaban atención al firmamento y su espectáculo de colores,
Tenían la vista fija en la casa, ni el atardecer mas hermoso podía distraerlos.
Al anochecer, cuando la luna desparramaba su luz plateada por el campo, desde el
Interior de la casa abandonada, vieron surgir una estampa blanca. Podía distinguirse
Que era la figura de una mujer, caminaba como si pisara algo muy blando, o flotara.
Los hermanos, que ya estaban de pie, listos para una retirada, sintieron que el miedo
Que los invadía se volvía terror, el fantasma avanzaba rumbo a ellos.
Antes de darle la espalda y correr como locos, vieron que la aparición comenzó a volar,
A la vez que emitía un grito ronco.
Con el fantasma atrás de ellos, persiguiéndolos, gritando, volando por encima del
Campo, los muchachos corrieron como nunca, saltaron un par de alambrados y
Llegaron a un camino, cuando voltearon el fantasma ya no los perseguía.
Luciano y Gabriel, después de su aterrador encuentro con el fantasma, concluyeron
Inmediatamente que aquel muchacho que les narrara la historia sobre la aparición,
Los había engañado al decirles que el fantasma no se alejaba de la casa.
Con intención de tomar revancha, lo buscaron durante días pero no volvieron a verlo.
Ambos se extrañaron primero y luego se horrorizaron, cuando al intentar describir
los rasgos del muchacho a un hombre de la zona, se dieron cuenta que cada uno
Lo recordaba de forma diferente, incluso diferían en la forma en que estaba vestido.
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