Walter estaba en su taller mecánico, inclinado sobre el motor de un auto, cuando
Vio que alguien ingresaba al taller, era Oscar, un viejo conocido y cliente regular.
- !Oscar¡, ¿cómo andás, me trajiste alguna carcacha ? - dijo Walter mientras tomaba
Un trapo para limpiarse las manos.
- Bien, gracias. Esta vez no es ninguna carcacha, es tremendo vehículo - dijo Oscar y
Le tendió la mano.
Los dos hombres salieron afuera. Enganchada a un remolque, había una vieja
Ambulancia. Walter lanzó una estrepitosa carcajada a la vez que se inclinaba y
Apoyaba las manos en las rodillas - Supongo que no eran muchos los interesados
En comprarla, !una ambulancia¡ - dijo Walter entre risas.
- Manejando esta siempre voy a tener preferencia, prendo la sirena y todos se abren -
Bromeó Oscar, que también reía, luego de una pausa continuó:
- Para usarla tengo que modificarla, pintarla de otro color, sacarle la sirena, y otros
Arreglos más, ahora quiero que le arregles el motor, eso es lo primero -
Los dos estuvieron un buen rato observando el vehículo, luego lo ingresaron al taller.
Ya era noche cuando comenzó a trabajar en la ambulancia. Mientras observaba
El motor, escuchó un ruido, que venía del interior de la ambulancia. Trató de ver hacia
Al interior desde una de las ventanillas, pero dentro del vehículo estaba muy oscuro.
Se sirvió de una linterna para iluminar el interior de la vieja ambulancia.
El foco de la luz fue rebelando de a poco lo que había dentro. El pulso de Walter se
Aceleró rápidamente, al ver una camilla, y sobre ella un cuerpo cubierto por una
Sábana llena de manchas amarillentas y rojas.
Las rodillas le temblaban y no pudo apartar su cara de la ventanilla. El cuerpo se
Incorporó lentamente y la sábana que lo cubría se deslizó, dejando ver el rostro
Aplanado de una mujer. La aparición volteó hacia Walter, tenía la boca torcida
Hacia un lado, su labio inferior colgaba mostrando algunos dientes, en general
Su cara parecía aplastada, la nariz estaba hundida, se veía como un hueco arrugado.
Cuando Walter pudo apartar su mirada, se alejó de la ambulancia lentamente, con
Las piernas a punto de fallarle debido al temblor que estremecía su cuerpo.
La aparición se asomó en la ventanilla y lo siguió con la mirada hasta que salió
Del taller.
Al otro día Walter le compró la ambulancia a Oscar, y el mismo la remolcó hasta
Un depósito de chatarra para que la destruyeran.
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