En su oficina. Alguien golpeó la puerta, era Rosa, su secretaria.
- Director, en el pasillo hay una señora que quiere hablar con usted - dijo Rosa.
- Dígale que pase - dijo Rodolfo. Para el era algo habitual recibir a padres de alumnos.
Una señora de mediana edad, algo delgada y muy sería, entró a la oficina, examinó la
Habitación con la mirada, como si buscara algo.
Rodolfo la invitó a sentarse - ¿En que puedo ayudarla señora? - le dijo.
La mujer vaciló, miró a su alrededor nuevamente, lo que iba a decir la incomodaba un
Poco, lo miró a los ojos y dijo:
- No voy a andar con vueltas, soy una psíquica, soy especialista en ocultismo, me
Dedico a liberar casas, lugares que fueron invadidos por malos espíritus, yo los
Expulso, los obligo a marcharse - Rodolfo se recostó al espaldar de su silla y cruzó
Los brazos, mirando a la mujer con aire de incredulidad, como no la interrumpió la
Mujer continuó:
- Los niños, los adolescentes, irradian mucha energía, las escuelas, los
Salones, retienen parte de esa energía, y no es raro que eso atraiga a malos espíritus,
A seres del otro mundo. Estoy segura que esta escuela ya está infectada, por eso
Me atreví a venir, esos entes son peligrosos - mientras la mujer dijo eso miró varias
Veces sobre su hombro.
- Es obvio que me está ofreciendo su servicio, bueno, voy a tener que rechazarlos, yo
No creo en esas cosas, le agradezco su preocupación pero estamos bien - dijo Rodolfo.
La mujer no mostró ningún signo de haberse disgustado, lo miró con ojos compasivos,
No la sorprendió su negativa, sabía que hay mucha gente que no cree.
- Por lo menos acepte mi tarjeta, si cambia de opinión llámame, estoy segura que lo
Hará - dijo la mujer y dejó la tarjeta sobre el escritorio, luego se retiró.
Esa tarde transcurrió lenta. Terminó el último turno y los niños se retiraron, la escuela
Quedó silenciosa, solo se oía el sonido del viento molestando a unos pinos cercanos.
Como todos los días Rodolfo quedó trabajando hasta tarde. Ya era de noche cuando
Decidió irse. Su oficina estaba en un extremo de la escuela, lejos de la puerta de salida.
Caminaba por el pasillo solitario cuando una voz que provenía del interior de un salón
Lo hizo detenerse.
- !Director, director, aquí¡ - lo llamó una voz de niño. Rodolfo se acercó a la puerta.
- Quedé encerrado en el salón, tengo miedo - dijo la voz de niño.
- Como pude ser, que descuido, estas maestras…- dijo Rodolfo mientras sacaba un
Manojo de llaves de su bolsillo.
Al entrar al umbral del salón no vio al niño, buscó el interruptor de la luz, no funcionaba.
- Ya puedes salir… ¿niño, donde estas, no te veo? - el salón estaba en penúmbras,
Sus ventanales daban a un patio interior apenas iluminado.
- Estoy aquí, en el fondo - volvió a hablar la voz. Rodolfo avanzó cauteloso entre las
Hileras de pupitres.Oyó que alguien golpeaba el escritorio de la maestra,
Como llamando su atención. Al voltearse vio que detrás del escritorio, sentado en la
Silla, había un ser horroroso; agitaba una melena desordenada, tenía el cuerpo
Excepcionalmente obeso y una cabeza llena de pliegues y con una gran papada
Que caía hasta su pecho. Aquel ser horrible aparentemente pretendía imitar a una
Maestra, su anormal rostro estaba grotescamente maquillado y tenía puesta una túnica.
Una risotada diabólica y aterradora resonó en el salón. Allí había otro ser,
Flotaba cerca del techo y su cuerpo era como el de un niño.
Rodolfo sintió que se desmayaba pero pudo mantenerse en pié. Salió del salón
Trastabillando, pálido, al salir de la escuela olvidó cerrar la puerta, estaba aterrado.
Cuando llegó el día contrató los servicios de la psíquica.
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